El reloj de Horw

Horw poseía ya en los sig­los XII / XIII una igle­sia y en el sig­lo XV edi­ficó una nue­va construcción.

La actu­al igle­sia par­ro­quial de San­ta Cata­li­na fue con­strui­da ent­re los años 1813–1819 de acuer­do con los pla­nos de Josef Sin­ger. El pla­no bar­ro­co tar­dío de la igle­sia rural tuvo una gran influen­cia en el con­cep­to de lumi­no­si­dad, espa­ci­os exten­sos y de una sola nave con estu­ca­dos rea­liz­ados por Josef Moos­brug­ger. La tor­re de la igle­sia conec­ta al nores­te con el coro. Bajo el techo pun­tia­gu­do de la tor­re se alo­ja un reloj con cua­t­ro esfe­r­as cada una deba­jo de un peque­ño fron­tón tri­an­gu­lar arqueado.

El reloj de Horw era el reloj de la tor­re de la igle­sia antes men­cio­na­da. Este reloj reú­ne ele­ment­os téc­ni­cos de la épo­ca góti­ca tar­día, del sig­lo XVII y del sig­lo XVIII. Los pila­res del meca­nis­mo del reloj datan del sig­lo XVI, la sonería para las horas se instaló hacia el año 1700.

En 1821 la sonería de las horas fue repa­ra­da por el relo­je­ro Jost Schny­der de Horw, él fabricó un nue­vo meca­nis­mo de movi­mi­en­to. En 1894 los her­ma­nos Vil­li­ger (Fil­li­ger) com­ple­ta­ron el reloj de la tor­re de la igle­sia con un toque en los cuar­tos de hora.