El reloj de la torre reloj
El maestro Heinrich Halder de Basilea construyó en 1385 el primer reloj público de torre para Lucerna y se lo entregó al consejo de la ciudad y República de Lucerna el 25 de noviembre de 1385. La fortificación Musegg estaba en construcción y la torre del reloj todavía no existía, por lo que el reloj de torre se colocó en la torre-puerta Graggen. Esta puerta se encontraba en aquel tiempo entre el callejón de Weggis y la calleLöwengraben.
En 1403 el reloj se trasladó a la torre del reloj.
Halder escribió también en 1385 un manual de instrucciones para este reloj. Este manual quedó inscrito en el Registro de la ciudad de Lucerna y es el documento conocido más antiguo para el funcionamiento de un reloj medieval. El manual contiene muchos datos interesantes sobre el montaje, la construcción, el manejo y mantenimiento del reloj. Se le ha considerado el manual más antiguo del mundo para el funcionamiento de un reloj de torre público. El documento se encuentra actualmente en el archivo del Estado de Lucerna.
En 1535 el reloj de la torre del reloj fue renovado. Hans Luther, un cerrajero y relojero de Waldshut, ciudadano de Zúrich, fabricó un nuevo reloj. Este reloj tenía el mismo tipo de mecanismo y ruedas que las fabricadas por Halder en 1385. Su trabajo está divido en dos partes: el mecanismo de movimiento del reloj y la sonería. El mecanismo de sonería se encuentra todavía en su estado original, mientras que el mecanismo del movimiento fue corregido en 1842 por el relojero Suter con un mecanismo de escape en forma de tijera y un péndulo de nueve metros de largo. El péndulo se balancea en un intervalo de tres segundos.
El reloj de la torre del reloj da la hora un minuto antes de la hora debido al ya citado «derecho a la primera campanada». Para dicho derecho hay dos aclaraciones. Lucerna consiguió un segundo reloj público por lo que se le permitió que el primero, diera la campanada un minuto antes que los demás, así mismo en la Baja Edad Media y principios de los tiempos modernos, las ciudades y sus gobiernos aspiraban tener más independencia de la Iglesia y los reyes, por lo que este derecho tenía también un valor político simbólico, pues el consejo de la ciudad y República de Lucerna demostraban de esta manera su poder, por el hecho de que el reloj público anunciara la hora antes que las campanadas de la iglesia.
Desde 1535, el relojero de la ciudad se encarga de darle cuerda a mano diariamente.